Se acerca uno de los meses más sagrados para la comunidad musulmana, el mes de Ramadán. Un mes marcado no sólo por el ayuno y la oración, sino que también por la reflexión y la generosidad, brindando de esta manera la oportunidad de fortalecer nuestra conexión con la fe y compartirla con todos aquellos que nos rodean.
El mes de Ramadán nos enseña por un lado a abstenernos de los alimentos y las bebidas desde la salida y la puesta del sol. Por otro lado, nos ofrece un tiempo valioso de autorreflexión, autodisciplina y sentir empatía por aquellas personas que se enfrentan a diversas privaciones, recordándonos así las bendiciones que tenemos, y las cuales damos por sentado sin prestarle la importancia que requieren.
Entre los cinco pilares del Islam; Shahada (Fe), Salat (Oración), Zakat (Caridad obligatoria), Sawm (Ayuno) y Hajj (Peregrinación), el Zaqat, tal y como se puede observar es el tercer pilar fundamental dentro del islam. Por ello destacaremos su importancia y los beneficios que aporta, especialmente en el mes sagrado del Ramadán.
Durante el Ramadán, la importancia del Zakat al maal recobra un mayor sentido, haciendo un énfasis en la caridad y la generosidad, y cuyos beneficios a destacar son los siguientes:
● Purificación del alma: Hacer Zaqat al mal durante el mes de Ramadán ayuda en la purificación del alma y la liberación de la avaricia y la ambición, fortaleciendo así la conexión espiritual de cada uno.
● Ayudar a los más desfavorecidos: El ayuno en Ramadán fomenta la solidaridad y la compasión hacia aquellos que sufren de hambruna o no disponen de las necesidades básicas, generando así un sentimiento de empatía y de necesidad en ayudar a los más necesitados y mejorar sus condiciones de vida en la medida de lo posible.
● Crecimiento y recompensa espiritual: Llevar a cabo la obligación de hacer el Zakat al mal conlleva recompensas espirituales, donde se busca una compasión de Allah, y por ende, obtener mayores bendiciones durante el mes sagrado de Ramadán.
● Conciencia social: El Zaqat al maal aumenta la conciencia social, dado que las personas se vuelven más conscientes de las necesidades de los demás y esto hace que se sientan más motivadas a contribuir en el bienestar general.